
CARACAS.- Los Tiburones de La Guaira fueron salvados ayer por una campanada de agua que obligó a la cuadrillla de umpires presente en la estadio Universitario de Caracas, a suspender el encuentro abriendo el quinto episodio cuando perdían 3-1 ante los Bravos de Margarita.
La decisión fue protestada airadamente por el mánager de los neoespartanos Luis Dorante pues el encuentro estaba a tan sólo un acto de ser juego legal después de que se llevaran a cabo casi tres actos bajo la lluvia.
La suspensión, tomada a las 8:37 de la noche, si bien evita la derrota 26 de los litoralenses, complica el calendario de los salados pues la Liga Venezolana Beisbol Profesional deberá decidir entre dos fechas para volver a llevar a cabo este juego: el lunes 13 o el jueves 16 en un doble juego.
La primer opción obligaría a los escualos a jugar 18 encuentros en 17 días consecutivos (existe un juego reprogramado para el 20 contra los Navegantes del Magallanes); mientras que la segunda pondría a los de Marco Davalillo a jugar dos doble juegos de manera consecutiva.
De cualquier modo, Tiburones tendrá que vivir con las exigencias de un calendario que les pedirá actuar 24 encuentros en 21 días, de los cuales necesitan ganar al menos 16 para alcanzar las 30 victorias con las cuales podría, si se dieron los resultados, acceder al round robin.
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