sábado, 27 de noviembre de 2010

Lezama: El eterno fanático melenudo Los Leones han contado desde sus inicios con el fiel apoyo del popular “Chivita”


Es todo un espectáculo a la hora de aupar a su equipo

CARACAS.- En la populosa zona de El Guarataro hay una especie de museo caraquista. Centenares de fotos de las figuras más emblemáticas y decenas de trofeos y placas lucen en una pequeña sala. El anfitrión de aquel preciado lugar no es menos que Jesús Alejandro Lezama, el fanático número uno de Leones.

“Chivita” –como lo bautizaron en el Caracas- vive solo en un modesto anexo. Isabel, una de sus catorce vástagos, lo acompaña en la visita. “Todos mis hijos son caraquistas, menos uno que es magallanero. Qué puedo hacer, cada quien agarra su camino”, comentó con cierta inconformidad el nacido en Tucupita, pero “nacionalizado caraqueño”, como él mismo afirma.

Al ubicarnos en su sala, tomó una foto de los “Héroes del ‘41” y recordó cómo empezó su pasión por los Leones: “Yo no sé jugar beisbol, pues me crié en Trinidad –al que identifica como su segundo país- y allí lo que se practicaba era el fútbol. Fue a raíz del triunfo de Venezuela en el Mundial de La Habana, en el año de 1941, que me hice fanático”, dijo quien en poco tiempo ya ligaba al Cervecería Caracas, uno de los cuatro equipos de esa época.

Aunque actualmente cuenta con el apoyo logístico del equipo, en sus inicios pasó por complicaciones. “Los primeros años fueron difíciles para mí porque tenía que costearme mis juegos con lo que ganaba vendiendo libros”, dijo el dueño del ��ltimo puesto del autobús donde viaja la propia manada caraquista, lugar que ocupa desde hace décadas atrás, cuando la gerencia de Francisco Rivero lo incorporó al equipo y le dio uniforme y viáticos. “Solo eso, pues nunca he recibido un sueldo”.

Le va mejor fuera de la capital

“Chivita” es identificado como animador oficial en la Guía de Medios del Caracas, pero con el transcurrir del tiempo, siente que ha sido relegado de su cargo. “Yo antes usaba una corneta que funcionaba con una pera. Unos magallaneros me la quitaron en un juego y por eso decidí buscarme una trompeta. Hay quienes dicen que ya no soplo, pero cómo voy a hacerlo si el sonido interno del estadio compite conmigo”, argumentó. “Donde me dan más chance de tocar mi trompeta es el interior del país”.

Aunque no escapa de la rivalidad que tiene Caracas con Magallanes, Lezama considera que los juegos entre los archirrivales ya son como una Navidad o un Carnaval. “Ahora nos abrazamos y celebramos juntos… Hasta los magallaneros me brindan unas cervecitas”, dijo, no obstante ante la pregunta de cuántas frías se toma por encuentro, picadamente respondió: “yo ni sé”.

Poco a poco se ha ganado el afecto de cada sede. Maracaibo y Barquisimeto han sido las más difíciles de cortejar, pero ya cuenta con su afecto. “Antes me bañaban de cerveza, pero ya no. Eso me llevó a propinar unos diez nocauts. Por lo menos ya me respetan”.

Son 91

Lezama no recuerda exactamente cuándo fue que su amigo Jacinto “El Loro” Betancourt, ex cuida cuartos del Caracas,le colocó su edad en el dorsal del uniforme. Aunque Betancourt ya no está en el clubhouse del equipo, la tradición se mantiene. Sin embargo, este año a “Chivita” le pusieron un año de más. “El muchacho que ahora se encarga de eso me colocó el 92, pero yo tengo 91, porque nací en 1919… Yo lo tomé como un error de imprenta. El año que viene tengo que salir con el 93”, aseguró el longevo animador de los actuales campeones.

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