El equipo reporteril de Líder se aventuró a constatar la realidad y se encontró con un escenario deprimente.
Jugadores y técnicos tropezándose debido al poco espacio, lockers que hacen las veces de feos adornos, ya que son muy pequeños y los bolsos estorban en el piso, clima caluroso y húmedo debido a que no funciona el aire acondicionado, cerámicas rotas, tuberías a la vista de cualquiera, pésimo sistema de drenaje, el agua caliente para las duchas es una quimera, un cuarto médico sin los mínimos requerimientos de salubridad. En resumen, no existen las condiciones para recibir a profesionales, en este caso tratados de manera indigna.
“No tenemos ni agua caliente. Esto es un desastre, sin duda el peor clubhouse visitante del país”, reclamó René Reyes, jardinero de los Bravos de Margarita.
Gregorio Machado, mánager de los Navegantes del Magallanes, hizo referencia al drenaje de las duchas. “Cuando se bañan más de tres personas a la vez en estas duchas, el agua se acumula y nos llega hasta los tobillos. Si alguien orina ahí nos llega a todos. Cuando llueve es peor, porque el clubhouse se llena de aguas negras. Así no se puede jugar beisbol. Da vergüenza tener que traer a jugadores profesionales para acá”, dijo.
Luis Valbuena, infielder de los Cardenales de Lara, contó el porqué los peloteros salen al terreno apenas llegan al parque. “Eso allá adentro es horrible, no hay espacio para nada. Muchas veces nos tenemos que sentar en el piso, porque las sillas están ocupadas. Preferimos salir al dugout y al campo a respirar aire fresco. No entiendo cómo pueden tener esto así, más aún tratándose de la capital”, acotó el bigleaguer.
El coach de banca de los Bravos, Osmin Meléndez, declaró desde el mínimo cuartico habilitado para los técnicos: “Si los muchachos no tienen espacio para cambiarse de ropa, los coaches menos. La ropa la tenemos que lanzar en el piso porque no tenemos dónde ponerla. Cuando vengo a la capital no tengo ni de dónde apoyarme para anotar el róster, generalmente escribo encima de las franelas y pantalones. Y como estamos al final de clubhouse no nos llega casi aire, el calor es muy incómodo”.
Los trainers pasan trabajo
Ambos cuartos de trainers de la UCV se encuentran en condiciones críticas. En el clubhouse de primera base no sirven los toma corrientes, lo que impide utilizar aparatos médicos que funcionen con electricidad. “Aquí no podemos hacer rehabilitación de ultrasonido, para eso debemos esperar hasta llegar a casa. Si llega algún cortado se puede infectar con esta suciedad”, dijo Carlos Ledezma, trainer de Bravos.

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