
El gerente de los Rays de Tampa Bay Andrew Friedman estaba bromeando el otro día cuando afirmó que la tarea imposible de ganar el Este de la Americana se había convertido en algo más imposible aún, luego de la firma de Adrián González y Carl Crawford por parte de Boston.
Bueno, él estaba bromeando en parte
O quizás no estaba bromeando.
Los Yankees de Nueva York gastarán sobre $200 millones en su nómina en el 2011, y los Medias Rojas de Boston no estarán muy lejos, y mientras tanto los Rays, Azulejos de Toronto y Orioles de Baltimore van a llevar cuchillas a la guerra armada entre Boston y Nueva York. El béisbol ha logrado más paridad por la que hay que darle crédito, pero los Rays, Azulejos y Orioles están en una clase especial, porque mientras los Gigantes y los Vigilantes y cualquier otro equipo se puede ir de tu a tu con los Medias Rojas o los Yankees en una serie corta, Tampa Bay, Toronto y Baltimore tienen que hacerlo en 162 juegos para poder llegar a los playoffs.
Los Rays lo lograron en el 2008 y en el 2010, gracias a una gerencia extraordinaria y su buena fortuna. Pero han pasado 13 años desde que los Orioles llegaron a los playoffs -- gracias en gran parte a fallos de la gerencia -- y 17 desde que los Azulejos aparecieron en la postemporada, y si se preguntan la razón por la que los asientos en los estadios de Tampa Bay, Baltimore y Toronto se mantienen vacíos durante las mejores temporadas del equipo, parte de la razón es que pocos fanáticos pueden comprar la noción de que esos equipos pueden tener éxito sostenido. (También hay otros factores, por supuesto.)
Imagínense vendiendo boletos de temporada completa para los Rays. Tu libreto tendría que incluir el recitar algunas de las sobresalientes actuaciones del equipo en años recientes, la temporada de calibre Cy Young de David Price. Y el tipo en el otro lado de la línea podría responder: ¿Y que tal Crawford? ¿Qué tal Carlos Peña? ¿Qué tal el éxodo del bullpen completo? ¿Realmente ustedes esperan que yo crea que van a ser contendores en el 2011?
Es una venta muy difícil, y la brecha entre los Medias Rojas y los Yankees y los otros tres equipos tiene tanta profundidad que la disparidad se ha convertido en parte del proceso de toma de decisiones para los indecisos. Si los Azulejos jugaran en el Oeste o en la Central de la Liga Americana, quizás se habrían sentido tentados a sobrepagar por alguien como Zack Greinke para rellenarse en camino a una corrida por el cetro del Este de la Americana. Pero en cambio, las evaluaciones del equipo van hacia la otra dirección: Si los Rays reciben una muy buena oferta por Matt Garza, ellos serían inteligentes de hacer el acuerdo ahora, cuando ellos saben que su valor es alto -- porque es poco probable que Tampa Bay pueda seguirle el juego a los Grandes Monstruos del Dinero.
Esa es la razón por la que, a medida que los ejecutivos y oficiales de la union negocian por expandir los playoffs para el 2012, ellos deberían reconsiderar fuertemente eliminar las divisiones -- y poner los equipos a como estaban antes de los alineamientos de 1969 en la Liga Americana y en la Nacional. Dejen que los mejores cinco equipos en cada liga entren a los playoffs. Que no existan divisiones del Este, Central o del Oeste.
De esta manera, los Orioles, Rays y Azulejos podrán competir directamente contra los otros equipos de la Liga Americana por un puesto en los playoffs, en vez de sentir el impacto más directo de las adquisiciones de talento de los Yankees y los Medias Rojas. Los calendarios podrían estar más balanceados, por lo que Baltimore, Tampa Bay y Toronto podrían tener más juegos contra otros equipos de la Liga Americana, en vez de abrir la temporada sabiendo que Boston y Nueva York ocuparán una tercera parte de su calendario.
¿Haría eso alguna diferencia?
Bueno, consideren cuan diferente sería la historia reciente si no hubiesen habido facciones divisionales en la última década. En muchos años, evaluadores rivales de talento catalogaron a los Azulejos de Toronto como uno de los 10 mejores equipos en las mayors, y en un periodo de seis años, Toronto ganaron 86 juegos en una temporada y 87 en otra -- mientras jugaban con un calendario desbalanceado. Pero los Azulejos nunca llegaron a los playoffs.
Si se eliminara el formato de divisiones, los Rays, Orioles y Azulejos tendrían incentivos más constante para hacer movidas en la búsqueda de ser contendores. Si un jugador como Víctor Martínez recibiera ofertas de Baltimore o Tampa Bay o Toronto, él se sentiría más mejor sobre sus oportunidades de jugar en la postemporada.
Pero anualmente, la montaña competitiva al frente de esos equipos luce fuera de su alcance.
Los Rays han mostrado que se puede hacer. Pero ninguno de los equipos ha demostrado que se pueden mantener viables financieramente o competitivamente de forma regular mientras se sientan en la misma mesa junto con los dos equipos con la mayor tajada del mercado.
Es tiempo de que Tampa Bay, Baltimore y Toronto tengan algún alivio. Ellos deberían tener las mismas oportunidades de ir a los playoffs que tienen los otros equipos en la Central y el Oeste de la Liga Americana. Un official dentro de la division, dijo con algúna frustración: "Quizás deberíamos dejar que los Medias Rojas y los Yankees tengan su propia división, y que dejen las sobras para el resto de nosotros."
Los Orioles han mejorado este invierno, pero eso podría no ser suficiente, según escribió Jeff Zrebiec. Los Rays todavía están confiados, según escribe Marc Topkin.
Los Yankees piensan que todavía no es seguro que Cliff Lee decida firmar con ellos. Uno de sus ejecutivos le dijo a un gerente general de otro equipo que creía que sus oportunidades de firmar a Lee estaban en 50-50 -- y que si lo pierden, probablemente ellos vayan detrás de material para su bullpen y ayuda para la banca. Y las posibilidades serían que no irían detrás de Zack Greinke, por la preocupación de cómo se adaptaría a vivir en el mercado de Nueva York.
Los Yankees no siempre consiguen a su hombre, según escribe Ben Shpigel. Los Yankees no deben actuar desesperados, según escribe Mike Lupica.
Ron Washington piensa que los Vigilantes firmarán de vuelta a Lee.
Los Medias Rojas tomaron los ángulos correctos al ir detrás de Carl Crawford, según escribe Peter Abraham. La firma convierte las Navidades en unas muy felices para los Medias Rojas, según escribe Dan Shaughnessy.
Crawford se vendió a los Medias Rojas.
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