
CARACAS.- Siempre se ha dicho que las cosas en el beisbol son virulentas: las cosas buenas como las malas cuando aparecen se multiplican y se propagan por el aire.
Este año la Liga Venezolana de Beisbol Profesional parece haber recibido las esporas de los sucedido en las mayores durante el verano y el otoño. Roy Halladay y sus dos juegos sin hits ni carreras, Félix Hernández y sus 30 salidas de calidad junto a decenas de gemas de pitcheo acontecidas en las mayores esta campaña infectaron la pelota local produciendo el mismo fenómeno: el año del pitcher.
Considere esto: cuando Anthony Lerew lanzó el décimo sexto juego sin hits ni carreras de la historia de la LVBP el pasado domingo y el primero desde la zafra 02-03 protagonizó el blanqueo numero 21 de la campana a falta de toda la segunda mitad de la temporada. Esa cifra fue exactamente la misma que se dio en todo la temporada 09-10, cabe destacar la campaña más ofensiva de al menos la última década.
Aparte de la gema de Lerew y de la proliferación de blanqueos, la LVBP ha atestiguado otras señales aparentemente inequívocas del endurecimiento del retorno al poder de los brazos. Álex Torres por ejemplo, consiguió abanicar a nueve rivales al hilo adueñándose del récord de guillotinados de manera consecutiva. Greg Holland, ex cerrador de los Tiburones de La Guaira pasó por las armas a 35 bateadores en 19 innings mostrando el mejor radio de ponches por cada nueve actos (16.57) de un pitcher con al menos 15 actos en la historia escuala.
Las evidencias colectivas son, a primera vista, todavía más imponentes. Por primera vez desde la zafra 02-03, los equipos están promediando menos de 4.2 carreras por encuentro, una carrera completa menos por novena que lo que se produjo la campana pasada.
Año de cambios
Una referencia del manejo del pitcheo como lo ha sido el mánager de los Tigres Buddy Bailey, ha notado un cambio y ha tenido que adaptar su filosofía a los nuevos tiempos.
Hasta esta campaña solo dos lanzadores abridores bengalíes habían salido al octavo episodio desde que llegó el “Capitán Garfio” de la modernidad de la LVBP. Este año ya Seth Etherton y Yorman Bazardo lo lograron.
De hecho los abridores de los Tigres promedian cinco innings de labor por salida (dos outs más que el año pasado) liderando la LVBP en ese departamento.
“He cambiado este año. He estado dándole más acción a los lanzadores abridores para tratar de llegar al séptimo con mis lanzadores de relevo de confianza. En nuestro caso los pitchers abridores han estado haciendo muy bien el trabajo”, comentó el estratega de un cuerpo de iniciadores que acumula la tercera mejor efectividad del circuito con 3.08. (la zafra pasada solo los Leones del Caracas tuvieron un staff de abridores con una EFE promedio por de bajo de 4).
No obstante, el aparente do minio de los lanzadores esta campaña carece de bases científicas que puedan augurar su perduración en un período de tiempo extenso.
Tal y como el juego sin hits ni carreras de Lerew en el que abanicó a cuatro bateadores y otorgó cuatro boletos, la forma predilecta de los lanzadores en la LVBP para hacer out este año ha sido, más que nunca, el pitchar para contacto.
Hasta ayer los pitchers de la pelota local promediaban 6.09 abanicados por cada nueve actos, la cifra más baja desde la 07-08 y la tercera más pobre de la década.
El éxito obtenido hasta los momentos tampoco ha tenido respuesta en el control. Con 3.86 boletos otorgados por cada nueve actos los serpentineros de la 10-11 han sido los menos controlados de la década. De hecho la relación de boletos y ponches mostrada hasta ayer en los morritos de la pelota criolla ha sido la más pobre de los últimos 10 años (1.57).
href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlRbh6vBo6v9sdl_DgvlnjJltREVYgVqYfmMnQIsbqu2gBTbv04AurvkxD3m7_XE52S9OGxHYNE206bVVeJ95iZT4mHHCiJIKRzDyARrdgmVIVC3l0bc-GD29c3335YSCTVsSHAFii_k4/s1600/Infografia.jpg">

No hay comentarios:
Publicar un comentario